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CRÓNICA: 8° JAPANNUAL [1ª PARTE]

8 Festival de Cine Japannual

El año pasado tuvimos el placer de cubrir la 8ª edición de JapannualEl certamen se celebró del 3 al 9 de octubre en la ciudad austriaca de Viena.

Una vez hecha esta breve introducción, es hora de que pasemos a contar nuestra experiencia en el 8º Japannual. Sin más preámbulo, toma asiento y sumérgete con nosotros en esta crónica.

CONFETTI


"Confetti" es el debut cinematográfico de Naoya Fujita, protagonizado por Shion Matsufuji y Jun Saito, y cuenta con la fotografía de Kôichi Furuya ("Ring Wandering"). 

El film, cuyo título original es "Mabuta no Tenkousei", se estrenó en los cines japoneses el 2 de marzo de 2024, tras presentarse en SKIP CITY. También se proyectó en el Far East Film Festival, donde fue premiado.

  La historia gira en torno a Yuki, un estudiante de secundaria que forma parte de una compañía de teatro ambulante, que se ve obligado a cambiar de instituto para adaptarse a su horario laboral.  Todo cambia cuando conoce a un chico llamado Ken.  

"Confetti" integra la personificación queer mediante una narrativa profundamente conmovedora, gracias a su perspectiva sutil y matizada. A través de Yuki, un joven atrapado en la transitoriedad de su vida como miembro de una compañía teatral itinerante, la cinta explora el anhelo de pertenencia y la vulnerabilidad de descubrirse a uno mismo.  Su contexto en torno a los taishû engeki (teatro popular japonés) transita desde los cánones clásicos del kabuki hacia la propia reformulación femenina de los onnagata. 

La ambigüedad de su relación con Ken, cargada de miradas furtivas y silencios elocuentes, no busca su definición explícita, sino celebrar la complejidad de los lazos humanos. A través de la delicada alquimia compuesta por las brillantes interpretaciones de Shion Matsufuji y Jun Saito, la cinta susurra la vulnerabilidad de la adolescencia con una sensibilidad que acaricia el alma, invitando a sentir el murmullo de emociones tácitas que, en su silencio, celebran con ternura el despertar de la autenticidad y el encuentro íntimo con uno mismo.

La obsesión insana del fenómeno idol dentro de las capas subrepticias de la sociedad nipona, donde sus artistas son meros productos de consumo, transforma su paroxismo hacia la fluctuación orgánica de su inherente tradición identitaria. Durante los últimos compases de su metraje, todo el fanatismo imperante purifica toda la negatividad previa hacia la comprensión emocional relativa a su orientación romántica.


"A Girl Named Ann" es la nueva película de Yu Irie ("Gangoose"), protagonizada por Yumi Kawai y que cuenta con la fotografía de Hideho Urata ("Plan 75"). La cinta se estrenó en Japón el 7 de junio de 2024.

El film, cuyo título original es "An no Koto", se ha presentado en Japan Cuts y en Tokio, y ha sido premiada en YokohamaMainichiKinema Junpo, Blue RibbonOsaka CinemaTama y por la Academia Japonesa de Cine.

 Su argumento gira en torno a Ann Kagawa (Yumi Kawai), una joven procedente de una familia disfuncional, cuyo abuso la empujó a la drogadicción. No obstante, halla consuelo en la amabilidad del detective Tatara (Jiro Sato) y el periodista Tatsuki Kirino (Goro Inagaki).

Conmovida por su buen corazón, comienza a abrirse a ellos; pero, justo cuando atisba un rayo de esperanza, la fría y cruda realidad de su vida vuelve a sacudirla. 

"A Girl Named Ann" se adentra en las fallas de una sociedad que, a pesar de sus promesas, condena a sus miembros más vulnerables a un ciclo de desesperación. En un contexto social posterior a la pandemia de la COVID-19, Irie utiliza la crisis sanitaria no sólo como telón de fondo, sino como un catalizador que exacerba las fragilidades preexistentes de su protagonista. El filme aborda temas tan complejos como el abuso infantil, la adicción y la falta de estructuras de apoyo adecuadas, revelando cómo la sociedad invisibiliza a aquéllos que más lo necesitan. 

Su fuerza emocional recae casi por completo en la impresionante actuación de Yuumi Kawai, quien dota a su personaje de una complejidad dolorosa, capturando su lucha interna por escapar de un pasado de abuso y explotación. Ann no es una figura heroica ni un símbolo de redención fácil; es una persona real, con sus cicatrices y su resiliencia agotada.

Toda su podredumbre en su grado más realista no se entiende sin la suciedad cinematográfica ensamblada por Hideho Urata, quien, a través de una paleta de colores apagados y una iluminación natural, contribuye a una atmósfera opresiva y claustrofóbica. La cámara se mantiene cerca de Ann, capturando sus reacciones más íntimas a través de primeros planos, lo que refuerza la sensación de documental y la conexión emocional del espectador con la protagonista.

Aquí concluye la primera parte de nuestra aventura por el 8º Japannual. Pronto publicaremos la segunda parte de la crónica. ¡Estad atentos!

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